Siempre me ha gustado la Navidad y cada año la celebro todo lo que puedo, tanto Noche Buena, como Navidad, Noche Vieja y, sobre todo, el día de Reyes. Y más ahora que tengo niños.
Y siempre me he preguntado porqué la felicidad y alegría que sentimos durante estas fechas no pueden traspasar las 2 semanas largas que duran las fiestas y que fuese así todo el año. Y creo que no hace falta hacer una fiesta, sólo hace falta una cosa muy sencilla: COMPARTIR.
Es tan sencillo como eso, en Navidad compartimos nuestra mesa con nuestros seres queridos, paramos nuestro estrés cotidiano y buscamos más ratos para disfrutar con los más pequeños o hacemos por quedar con amigos que de otra manera no veríamos nunca. Incluso, en ocasiones, ayudamos a alguien o hacemos una donación. Todo esto es compartir, compartir nuestra vida y nuestras cosas con los demás y, sinceramente, estoy convencido de que es lo que nos hace ser más felices.
Y si no me creéis, probad. Probad a hacer alguna de estas cosas después de la Navidad, probad a no quitar el Belén hasta febrero, probad a ayudar de verdad a alguien en marzo, probad a quedar con amigos en abril o a celebrar una comida familiar en mayo. Probad a dar una limosna generosa en junio, probad a escuchar a un niño en julio. Incluso probad a regalar algo de vuestro tiempo a una ONG en agosto o septiembre. Probad a repetir alguna de estas cosas en octubre y en noviembre.
Después, en diciembre, cuando hayáis repetido la Navidad durante los 12 meses del año, me contáis si no sois más felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por tu comentario y por participar en el blog.