Como todos los años, Septiembre es el mes de la vuelta al cole, de la vuelta de las vacaciones, del comienzo del nuevo curso y de nuevas tareas y proyectos. También, como todos los años, los telediarios nos hablarán de las depresiones post-vacacionales.
¡Ja! ¡Me río yo de esas depresiones! Si bien hay situaciones de estrés para los padres que tienen que comprar los libros y las demás cosas para el cole, eso no implica que tenga que ver con las vacaciones, más bien tiene que ver con el poco tiempo y dinero que tenemos para esas tareas, pero eso no es depresión, es otra cosa.
Al contrario, la vuelta a la rutina y a la normalidad del curso se hace normalmente con las pilas bien cargadas, con proyectos nuevos que desarrollar, con ideas de cambio, etc. ¡Si lo sabrán bien las editoriales que estos días nos bombardean con interesantísimas nuevas colecciones de fascículos! Por cierto, igual que hacen a principio de año. Digo yo que por algo será.
Cuando era estudiante estaba deseando que llegase septiembre, para reencontrarme con mis amigos y compañeros, porque al final, el verano se me hacía algo largo. Y lo mismo le pasa ahora a mi hijo.
Ahora, trato también de reencontrarme con los amigos que han pasado las vacaciones en uno u otro sitio y disfrutar de buena compañia, independientemente de que tenga que madrugar todos los días. Sin embargo, la vida va según nos la contamos, así es que para estar alegre, feliz y contento, nada mejor que contarse las partes más positivas: mejora tu cara, tu humor y seguro que se hacen menos cuesta arriba esas pequeñas dificultades por las que todos pasamos!
viernes, 2 de septiembre de 2011
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