Ayer, 20 de diciembre, como todos sabemos, se celebraron elecciones generales al parlamento español. Tocaba ejercer el derecho y la responsabilidad democrática de votar para renovar las dos cámaras legislativas: el Congreso y el Senado. Después, por la noche y con el 100% del voto escrutado, el resultado fue el siguiente:
Resultados oficiales de las elecciones generales. Fuente: Ministerio del interior. |
A partir de aquí se abren muchos escenarios posibles y cabe analizar también multitud de situaciones que se pueden dar a partir de ahora. Lo más destacado es la gran bajada de los partidos tradicionales y la aparición de partidos que no tenían representación.
De hecho, ha sido el peor resultado del PSOE en toda la democracia y el peor resultado del PP desde 1989, que se dice pronto. El llamado bipartidismo (suma PP + PSOE) baja más de 22 puntos hasta quedarse ligeramente por encima del 50% de los votos, con 123 y 90 escaños respectivamente.
Yo sigo diciendo que es necesaria una reforma para que los escaños al Parlamento de los Diputados valgan igual independientemente de que votes en Lugo, Barcelona, Madrid, Almería o Cuenca y para eso, en vez de 52 circunscripciones electorales es imprescindible que sea una circunscripción única, donde se repartan los 350 escaños posibles.
He utilizado uno de los muchos simuladores que hay de la Ley D'Hont, que es la que se utiliza en nuestro país para repartir los escaños y la cosa quedaría así:
Circunscripción única sin mínimo. |
Comoquiera que nuestra ley electoral exige un mínimo del 3% de los votos. También he hecho esa simulación, con el siguiente resultado:
Circunscripcción única con 3% de mínimo. |
Sin embargo, como España tiene una realidad peculiar podríamos hacer algunas concesiones para que también los partidos con vocación más local tuvieran algún tipo de representación en el Congreso. En ese sentido he hecho una última simulación estableciendo un mínimo del 1% de los votos para conseguir escaños. Y la cosa quedaría así:
Circunscripción única con 1% de mínimo |
De las 3 simulaciones, obviamente, la última me parece la mejor y más justa teniendo en cuenta las singularidades de nuestro país: los nacionalistas seguirían teniendo representación, además muy similar a la conseguida con el sistema actual, pero PP y PSOE obtendrían menos diputados en favor de Podemos, Ciudadanos e Izquierda Unida.
Independientemente de cómo se haga el reparto, de las leyes que tenemos en este país y de los pactos a los que ahora lleguen o no los partidos políticos (a día de hoy es incluso posible que se repitan las elecciones en primavera), tenemos que hacer todos un ejercicio de democracia, sobretodo nuestros representantes.
Y es que la democracia no se trata de hacer lo que le apetece al que tiene mayoría absoluta, sino que se trata de escuchar a todos, tratar de llegar a acuerdos y hacer lo que sea mejor para el interés general, que a veces puede ser lo que opina el más pequeño y que al grande no se le había pasado por la cabeza. Los ciudadanos, además tenemos que ser responsables y exigir a nuestros políticos que cumplan lo que prometen, estar atentos y presionar cuando sea necesario, ya sea con manifestaciones o cambiando nuestro voto en las siguientes elecciones.
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