Fiestas de San Isidro. La crónica.

Ya está. Ya han acabado. Ahora, a esperar al año que viene para volver a disfrutar de las fiestas del patrón de la Capital, San Isidro. Este año, además, no sólo no ha llovido, sino que ha hecho un tiempo magnífico. En nuestro caso hemos aprovechado a tope, recorriendo los puntos claves de las fiestas y disfrutando del extenso programa que se había preparado.

Titirimundi. Si, ya se que Titirimundi es un festival que se celebra en Segovia, justo la semana de San Isidro, así es que hay que elegir: San isidro o Titirimundi. Bueno, quizá no, poruque en los últimos años hay siempre alguna función en las fiestas de San Isidro. Y este no podía ser menos. Nosotros fuimos a ver el espectáculo "Circo Strada" en el que disfrutamos grandes y pequeños con el arte de sus titiriteros.

Las Vistillas. En este enclave tan castizo y más propio de las vervenas, también había hueco para la celebración de las fiestas del patrón, aunque más centrado en la información sobre huertos urbanos y mantenimiento de la bici por el día y en los conciertos por la noche, con la celebración del festival de rock de Madrid.

La pradera de San Isidro. El meollo de las fiestas, donde disfrutar de los bocadillos de entresijos y gallinejas, de las atracciones que toda fiesta que se precie pone para disfrute de los asistentes, previo pago del correspondiente viaje o viajes y donde no puede encontrar la verdadera limonada, sólo sangría aguada. Estoy pensando seriamente en pedir una licencia para el año que viene, porque si hay entresijos y gallinejas, ¿por qué no hay limonada?

Y, por supuesto, los fuegos artificiales. En esta ocasión eran en el estanque del Retiro, acompañados y adaptados a la música, no en vano el título era "Noches de fuego y música", con una presencia multitudinaria, realmente merecida por el trabajo de los responsables de poner los fuegos y la música en escena. Un 10 para un colofón de fiestas a la altura de una ciudad como Madrid.