El fin de semana pasado tuvieron lugar 2 interesantes eventos relacionados con la bicicleta: el FestiBike (en la Casa de Campo) y la Feria de la Bici (en IFEMA). Después de dudar un poco, al final para bien o para mal decidí ir a la segunda.

Aunque la mayoría de las bicis que se exponían eran de carretera o MTB, cada vez se ven más bicis urbanas y eléctricas, lo que es un claro indicador de por dónde van los tiros, pero además este fin de semana he leído este artículo donde se pone de manifiesto el buen estado del sector de la bici en contraste con el sector del automóvil.
Mi objetivo para la feria era probar una bici eléctrica, porque aunque llevo montando en bici desde los 5 años y han pasado unas cuantas por mis manos (y por mis pies), nunca había tenido la oportunidad de subirme en una de ellas y comprobar cómo funcionan. Teniendo en cuenta que el circuito de prueba era completamente plano, tengo que decir que me sorprendió gratamente el funcionamiento de estas pequeñas maravillas tecnológicas. Ajustando el nivel de asistencia al pedaleo según el esfuerzo que quieras o puedas realizar: desde no tener ninguna asistencia, hasta dar pedales sólo para que el motor te lleve. Ya estoy pensando en que a lo mejor me conviene cambiar de bici o conseguir una de estas para mis desplazamientos diarios al trabajo :-D
El año que viene, si coinciden, tendré que ir al Festimad para hacer comparaciones odiosas, ¿no?
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