21-N ¿Y ahora qué?

A nadie escapa que la aplastante victoria del PP sobre el PSOE en las elecciones generales de ayer se debe a la crisis y a la gestión que se ha hecho desde el gobierno durante los últimos tiempos. Pero hoy, 21 de noviembre, a parte de desearle mucha suerte al PP, que la va a necesitar, para que esta situación se empiece a resolver, me gustaría hacer una reflexión sobre la actual ley electoral.

Y es que según nuestra ley electoral hay una serie de circunscripciónes electorales (52, o sea 1 por provincia más Ceuta y Melilla) entre las que se reparten los escaños, en teoría de manera proporcional a la población, aunque la realidad es que al final los votos de unos valen más que otros (EQUO con más de 200.000 votos no ha conseguido ningún escaño, mientras que Geroa Bai, con sólo 42.000 votos ha conseguido 1 escaño).

Los medios se empeñan en culpar de este reparto a la Ley D'Hondt, debe ser porque si aspiramos la 'H' y pronunciamos la 't' sale un juego de palabras mal sonante, pero la realidad es que la culpa del reparto es de las circunscripciones. ¿Por qué hay 52 circunscripciones si sólo hay 1 congreso que elegir?

Después de documentarme sobre la Ley D'Hondt, he hecho un pequeño estudio de cómo habría quedado configurado el congreso de haber sólo una única circunscripción electoral, los datos de votos por partidos los he cogido de los públicados en elmundo.es aunque supongo que serán datos oficiales. No lo he debido hacer muy mal, porque he visto en otros medios el mismo resultado que me ha quedado a mi. Os dejo 2 imágenes, una con la hoja excel que he generado (si es que sois capaces de verla :-P) y otra con el gráfico que representa los escaños que hubiese conseguido cada partido. A partir de ahí, cada uno que saque sus propias conclusiones. Yo, desde luego, estoy tranquilo con lo que he votado y asumo mi responsabilidad por ello, eso si, a partir de ahora, a quejarme y a protestar por todo lo que me parezca mal.