En estos días de verano, en los que muchos os vais a la playa a disfrutar de unas merecidas vacaciones, otros no pueden o no quieren hacer las maletas para pasar unos cuantos días al sol, pero no por ello tiene que ser aburrido y agobiante. Y para muestra un ejemplo: las piscinas naturales.
En concreto, os voy a hablar de Las Presillas, un conjunto de piscinas naturales que se encuentran en el municipio de Rascafría, un bonito pueblo madrileño situado en el Valle del Lozoya. Entrar a estas piscinas es gratis, si como lo leéis, gratis. Lo que cuesta es el parking: 2€ para las motos y 5€ para los turismos, que tampoco es mucho.
En las piscinas hay un Bar-Restaurante, por si apetece tomar o comer algo, pero si te quieres llevar tu comida, también hay algunas mesas para poder comer, o incluso, como hacen algunos, te puedes llevar la mesa plegable y montarte tu chiringuito.
El agua esta fría de narices, pero fría fría, claro que es normal teniendo en cuenta que estamos en plena sierra, la temperatura siempre será unos cuantos grados menos que en Madrid capital, así es que es otra forma de combatir el calor.
Lo que más me impresionó es el cuidado césped que tienen en la entrada de las piscinas, hasta el borde mismo del agua y el valor de la gente para bañarse e incluso tirarse de golpe a ese agua tan fría, me debo estar haciendo mayor, porque con 20 años no me importaba meterme así en aguas más frías incluso ;-P.
Resulta un buen plan para combatir el calor, darse un chapuzón y pasar un día en buena compañía, ya sea con la familia, con amigos, con tu pareja, etc.
Además, también se puede dar un paseo por los alrededores, para los más andarines. Lo único que no está permitido ningún juego de pelota ni otros que puedan molestar a otros usuarios
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