Verano azul.

No, no voy a hablaros de Javi, ni Pancho, ni Bea, ni Desi, ni Julia, ni del mismísimo Chanquete, no, que para eso ya está internet 😂. Es más bien de la relación entre el verano y el azul.

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Y es que si cerramos los ojos, oímos verano y pensamos un color, el azul seguro que es uno de los primeros y de los más comunes, claro que no es nada raro, después de todo, al buscar soluciones para aguantar los calores de esta época nos hace ir a nuestros orígenes y sumergirnos, de una manera u otra, en el agua.

Días largos con cielos azules por la ausencia de nubes o mezclados con el blanco de las nubes y un sol radiante nos empuja a irnos de vacaciones a lugares más frecos o en los que poder disfrutar de un buen chapuzón en el mar. Sin embargo, para los que no tienen la posibilidad, bien por trabajo, bien por economía de no acudir a la playa, siempre nos quedarán las socorridas piscinas. Una alternativa cercana y generalmente barata en la que pasar un rato o todo un día de descanso y donde poder remojarse para sobrellevar el calor.

Estamos en mitad del verano. La mayoría con vacaciones por disfrutar, otros en la playa, en la montaña o en el pueblo, pero ¿alguien de los presentes no va a ir ni un solo día a la piscina, si es que no ha ido ya? Disfrutad de cada momento, sobretodo de lo que aparentemente es más sencillo. Sed felices y haceos unos largos a mi salud. ¡Y no cacéis pokemon dentro del agua! 😉