domingo, 15 de mayo de 2016

Disneyland Hotel Cheyenne

El anterior post lo dediqué a la magia de Disney y no hablé del hotel en el que estuvimos. Y fue totalmente apropósito, porque no quería contar nada demasiado negativo. La magia es la magia. Y la verdad es que en los parques lo pasamos muy, muy bien. A pesar de lo mucho que se cuida la imagen exterior y la decoración de los hoteles, las habitaciones del hotel Cheyenne nos sorprendieron muy negativamente. Menos mal que sólo íbamos allí a dormir.

Hueco en la habitación para la nevera, sin la nevera.
Al llegar al Hotel Cheyenne todo fue bien, hicimos el check-in, cogimos nuestras entradas, dejamos las maletas en la consigna de equipajes y nos fuimos a los parques, con autobús gratuito. Lo pasamos genial y volvimos por la noche para dormir. Hasta entonces, ni siquiera habíamos visto la habitación, tan sólo habíamos paseado por el hotel y hay que decir que la decoración era muy buena. Sin embargo, sabiendo que íbamos con un bebé y su correspondiente carrito, que tengas que subir escaleras, ya es un mal comienzo.

Una vez dentro de la habitación, lo primero que nos sorprendió es que no había nevera, a pesar de que parecía haber un hueco para ella. Llamamos a recepción y nos dijeron que es verdad que no había nevera, pero ni en la nuestra ni en el resto de habitaciones. La excusa que nos dieron es que no hay nevera porque es un hotel. Os juro que me quedé sin saber qué decir. Es el primer hotel que visito en mi vida que no tiene nevera.

Una esquina del baño. Sin comentarios.
La siguiente sorpresa fue en el baño. Podemos decir que estaba sucio. y no voy a decir más porque me cabreo, pero sucio de no limpiar ni "lo que ve la suegra", perdón por la expresión. Os pongo un par de fotos más:

Un poco de humedad en la pared.

El aspecto de la taza cuando llegamos.

Luego hubo otros detalles relativamente menos importantes como que no hubiese wifi en las habitaciones, pero a las alturas que estamos es un verdadero atraso y más teniendo en cuenta lo que cobran. Estas cosas le rompen la magia a cualquiera. A pesar de lo que vimos en la habitación, he de decir que la limpieza de las zonas comunes del hotel era adecuada, no vimos nada impactante que se pueda destacar.

No quiero dejar este post sin hablar del buffet del desayuno: pobre, muy pobre. Puedes comer todo lo que quieras, si, pero de las 3 cosas que hay: zumo de naranja, zumo de manzana, leche, café, té, cacao, cereales, mini croissants, mini napolitanas de chocolate, un poco de fruta, queso cheddar, edam y blanco, tostadas, pulguitas de pan y jamón cocido, choped y salami. Fin. No hay nada más.

Por último, pero no por ello menos importante, en el afán por recogerlo todo y dejar la habitación (hay que hacer el check-out antes de las 11:00), nos olvidamos un objeto personal, no muy valioso, pero si querido. Después de ponerme en contacto con el hotel, nos respondieron que no lo habían encontrado. Otro punto negativo.

En resumen, aunque Disneyland es lo suficientemente bueno como para ir al menos una vez, lo que no os recomiendo en absoluto es que os alojéis en el Hotel Cheyenne. Es mucho mejor buscarse un hotel de los que están cerca que también tienen servicio de autobús o incluso alojarse en París, que no está tan lejos y con lo que os ahorráis en el hotel os dará seguro para pagar el transporte a Disneyland. Por supuesto, no puedo hablar del resto de hoteles, pero para eso estáis los que hayáis estado allí, ¿no?

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