Un día para la esperanza

Hoy es un día para la esperanza. Si, ya se que todavía falta mucho camino por recorrer, pero el hecho de que ETA haya anunciado el fin de la lucha armada es un gran paso adelante.

Por supuesto, aún no se ha disuelto ni ha entregado las armas, hay muchos terroristas encarcelados, víctimas que aún lloran y sufren, pero es el comienzo del fin del terror.


Ahora quedan puntos muy difíciles: cómo dar el siguiente paso, qué es lo que es necesario hacer ahora, como tratar a unos y a otros, hasta dónde podemos ceder todos. Y todo lo que se haga, hay que hacerlo fijando el foco en lo más importante, que es garantizar la libertad de las personas, que nadie sufra más por miedo a ser asesinado o porque un familiar o amigo lo haya sido.

Para eso todos tenemos que poner algo y la grandeza del Perdón puede ser una baza en la que debamos fijarnos, para la resolución del conflicto, que además debe hacerse con un gran nivel de consenso, no vale sólo con la mayoría. Estar dispuestos a olvidar algunas cosas, nunca a las víctimas, para ayudar a que se avance en la única dirección posible: la entrega de armas de una banda terrorista que ha sido capaz de asesinar, amenazar y actuar durante más de 40 años, que se dice pronto.

También es necesario tratar de que los miembros de ETA se reintegren en la sociedad de algún modo, para que puedan dejar atrás una forma de vida que no casa con el resto de los ciudadanos.

No quiero entrar aquí en las cuestiones políticas, ya que deben dejarse para después de solucionar las cuestiones personales, que son lo verdaderamente importante, porque desde mi punto de vista la vida no tiene precio.